La excursión
final de nuestro viaje era un camino por Montserrat. Tomamos el metro y un tren
para llegar a la montaña. Algunas personas tomaron el tren para llegar a la
cumbre de la montaña y algunas caminaron. El sendero empezó llano, pero deprisa
el ascenso llegó. Había una interminable cantidad de escaleras, las cuales eran
empinadas. Y no había sombra. Hacía muchísimo calor y por eso todos estaban sudando. Después de las
escaleras del diablo había un sendero liso y empinado, con una vista
maravillosa. La dificultad del sendero dio sus frutos con la vista. Nos
reunimos en la cumbre de la montaña y tuvimos una celebración. Exploramos el monasterio,
la iglesia y el pueblo. Algunas personas tomaron el tren para bajar y algunas
caminaron. Al final había confusión con la hora de la salida del tren y algunas
tuvieron que correr a la estación del tren. Era una excursión maravillosa y
dura.
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